Para despedir el mes de agosto y comenzar septiembre con buen pie, os traigo una receta dulce, una tarta de queso muy sencilla que ni siquiera necesita horno para su elaboración. Se trata de una tarta fresca y de agradable textura, que coronaremos con un sirope de frambuesa para potenciar su sabor. Espero que os guste y os deseo que tengáis un maravilloso mes de septiembre.
INGREDIENTES:
1 rulo de galletas tipo desayuno
80 gr. de mantequilla
500 ml. de leche
300 gr. de queso en crema
250 ml. de leche condensada
1 y 1/2 sobre de preparado para cuajada
1/2 sobre de preparado para gelatina neutra
4 cucharadas de mermelada de frambuesa
frambuesas para decorar (opcional)
80 gr. de mantequilla
500 ml. de leche
300 gr. de queso en crema
250 ml. de leche condensada
1 y 1/2 sobre de preparado para cuajada
1/2 sobre de preparado para gelatina neutra
4 cucharadas de mermelada de frambuesa
frambuesas para decorar (opcional)
agua
ELABORACIÓN:
1. Derretimos
la mantequilla y trituramos las galletas con un robot de cocina.
Mezclamos ambos ingredientes hasta obtener una pasta homogénea. A
continuación, forramos con esta pasta el fondo de un molde desmontable
de 22 cm de diámetro y reservamos
en el frigorífico.
2. De lo 500 ml. de leche separamos un vasito y el resto la ponemos a calentar con la leche condensada (fuego moderado). Cuando empiece a templar añadimos el queso y removemos con una varilla hasta que esté deshecho y la mezcla bien caliente pero sin llegar a hervir. Debemos ser constantes removiendo para que no se pegue y se integren los ingredientes.
3. Echamos el sobre y medio de cuajada en el vaso de leche que habíamos reservado y lo diluimos completamente. A continuación lo añadimos a la tarta, podemos utilizar un colador para asegurarnos de que no queda ningún grumo. Esperamos a que la mezcla eleve de nuevo su temperatura (siempre removiendo) y cuando vuelva a estar a punto de hervir la separamos del fuego un minuto sin parar de remover, luego la volvemos a poner al fuego y removemos por dos minutos más hasta que espese algo. Ya podemos apagar la cocina y retirar la mezcla.
4. Recuperamos
el molde que teníamos en el frigorífico con la base de galleta y sobre él vertemos la mezcla de la tarta.
5. Mientras se enfría un poco prepararemos el sirope. En un cazo calentamos la mermelada con dos cucharadas de agua. En un vaso diluimos el polvo de gelatina con un poquito de agua y cuando la mermelada esté a punto de hervir se lo añadimos y removemos hasta que todo esté bien integrado. Retiramos del fuego y dejamos enfriar un poquito pero no de todo para que no cuaje el sirope. A continuación, vertemos el sirope sobre nuestra tarta ayudándonos de un colador para que quede más fino.
6. Dejamos que la tarta se enfríe completamente y la introducimos en la nevera al menos durante cuatro horas antes de decorarla y servirla.
7. ¡Ya podéis degustar este sencillo postre!