Las salsas son nuestras grandes aliadas en la cocina: enriquecen, decoran y, sobre todo, dan mucho sabor a los platos. La que más utilizo, con diferencia, es la salsa de tomate. En mi casa es la reina de las salsas y me gusta que sea lo más natural posible, nunca me falta un buen bote porque cuando me pongo a prepararla hago grandes cantidades para congelar en tuppers.
Está buenísima sola, con un poquito de pan, con queso, con pasta, con carne... Y ahora que estamos en época de recogida de tomates pienso hacer bastante salsa para no quedarme sin provisiones. De momento os dejo la receta, que es facilísima y queda estupenda.
INGREDIENTES:
1 kg. de tomates maduros
1 o 2 cebollas
dos dientes de ajo
aceite de oliva virgen extra
albahaca picada (opcional)
una pizca de azúcar
sal
ELABORACIÓN:
1. Picar la cebolla y el ajo, y cortar los tomates en dados pequeños.
2. Cubrir el fondo de una cacerola con aceite y poner al fuego. Pochar la cebolla y el ajo.
3. Añadir los tomates troceados y cocinar durante diez minutos. Debemos remover de vez en cuando para que no se nos pegue la salsa.
4. A continuación, agregamos un poco de albahaca y una pizca de azúcar, que restará acidez a la salsa. Dejamos al fuego durante unos 30 minutos más o hasta que el tomate esté bastante deshecho.
5. Salamos, mezclamos todo muy bien, y por último, trituramos con la batidora para obtener una consistencia más fina.